miércoles, 21 de marzo de 2012


LA CIUDAD ANTIGUA
(FUSTEL DE COULANGES)

Libro Segundo

(La familia, El matrimonio, Continuidad de la Familia-Introducción al celibato-Divorcio en caso de esterilidad-Desigualdad entre el hijo y la hija, De la adopción y de la emancipación, El parentesco-Agnación, Derecho de propiedad, Derecho de Sucesión, La autoridad en la Familia, Moral antigua de la familia, la “Gens” en Roma y en Grecia)

La religión fue lo que constituyo la antigua familia, cada casa tenía un altar en el que la familia se reunía cada mañana y cada noche para invocar las primeras y las últimas oraciones, se reunían en frente del fuego en cada comida y tenían fuera de la casa un sepulcro del que estaban enterrados los muertos de la familia, juntos, sin haberse ido separados por la muerte.
La figura paterna representaba la autoridad y una especie de institución primordial, así como la superioridad sobre la mujer y los hijos, y por lo que el afecto y el nacimiento no era el fundamento de la familia.

El matrimonio fue la primera institución establecida por la religión doméstica, la unión conyugal era esencial para los antiguos, cuando una mujer contraía matrimonio con un joven de otra familia, dejaba la figura paterna de su padre, valga la redundancia para pasar a ser parte de la otra familia, pertenecía a la familia del esposo, por lo que rendía culto y sacrificio en el hogar de su marido. Al matrimonio se le llamaba "ceremonia sacra" lo cual nos dice la importancia que se le daba en aquellas épocas.

El dios doméstico era quien presenciaba dicha ceremonia, en Grecia a la ceremonia constaba de tres actos: el primero se hacía en la casa del padre en presencia del novio y la familia y se ofrecía un sacrificio después del cual se declaraba con la fórmula sacramental pegaba su hija al joven. Debían separarse del dios paterno para poder ir a adorar a otro Dios.

En el segundo acto, los heraldos o el marido conducía a la joven a su casa, se le cubría la cara con un velo y se le adornada con una corona y un vestido blanco que representaba el color para los actos religiosos. Durante el camino se cantaba un himno religioso llamado himeneo, el cual transmitía su nombre a toda la ceremonia. El marido debía cargar a la novia simulando un secuestro mientras ella gritaba sin pisar la casa del novio.

En el tercer acto se rociaba con agua lustral a la novia y se le hacía tocar el fuego sagrado, después se recitaba a algunas oraciones y se repartían una comida ligera comenzaba y acababa con una oración lo constituía una comunión entre los esposos y los dioses domésticos. Así mismo en Roma el acto religioso que era muy similar al de Grecia, también se componía de tres actos:

La mujer también participaba en el culto a los muertos pero llevándole comida fúnebre en a los antepasados del esposo no a los propios, porque ya pertenecía a aquella familia.

El derecho romano permitía la disolución del matrimonio por coempio y por usus, pero la disolución del matrimonio religioso era casi imposible porque se necesitaba de una ceremonia sagrada que sólo la religión podía desatar. Los esposos que se querían separar debían tener un ritual similar al del día cuando se unieron pero con la diferencia de que rechazaban la torta de harina y el lugar de oraciones pronunciada fórmulas de carácter extraño, horrible, maldiciones y demás oraciones que demostraban que la mujer renunciaba al culto y a los dioses del marido, así quedaba disuelta ese lazo religioso y se disolvieron matrimonio.

La extinción de las familias representada una desgracia, por lo que en Grecia se cuidaba que no se deshicieron ninguna familia tanto como en Roma se cuidaba que no se descuidar la el culto doméstico. Todos tenían interés en dejar un hijo antes de morir porqué así aseguraba la dicha de su inmortalidad. Las leyes de Manú llamaban al primogénito "El engendrado para cumplir con el deber" era de gran interés para la vida humana continuar la descendencia para que continuase el culto, por lo que el celibato de vía considerarse como una desgracia que impiedad, porque los célibes ponían en peligro la dicha de los manes de su familia y él mismo quedaría privado de todo culto después de su muerte, lo cual sería una condenación para él y para sus antepasados. No había una ley que prohibiera el celibato, sin embargo las creencias religiosas era lo que obligaba a los jóvenes a casarse y a separarse. El divorcio se permitía en caso de esterilidad que debía llevarse a cabo la ceremonia correspondiente.

El nacimiento de una hija no y nada el objeto del matrimonio, porque no podían continuar el culto, a el hijo era el esperado, el necesario y reclamado por la familia, a cobrar y antepasados, todo esto porque así asegurada la inmortalidad de sus antepasados.

La adopción se inició por la obligación de perpetuar el culto doméstico, el que adoptaba a un hijo tenía la obligación de iniciarle en su culto y introducirlo en su religión doméstica y hacerlo llegar a sus penates.

Platón dice que el parentesco es la comunidad de los mismos dioses domésticos, demóstenes quiso probar que si d en el os personas practicaban él mismo culto y ofrecían la comida fúnebre en el mismo sepulcro eran parientes. El parentesco no se transmitía por las mujeres, el hijo le debía acto por su padre. El principio de parentesco estaba en el culto y no en el parentesco mismo, y se les llamaba samanodacas a los que tenían como ascendiente común a aquellos a los que sólo se les ofrecía la libación del agua, y se les llamaba sapindas a los que recibían tortas como ofrenda.

Los agnados eran los parientes que no eran de sangre, es decir, que no eran cognados, y heredaban de acuerdo a la posición que tuvieran, durante un tiempo sólo existía ese tipo de parentesco, pero el de la cognación resultó mucho más importante cuando se tomó en cuenta.

El derecho de propiedad es entendido por los tártaros cuando se trata de los ganados y no del terreno, entre los antiguos germanos la tierra no pertenecía a nadie, cada año y la tribu señalaba a cada uno de los individuos un lote para cultivar y se le cambiaba al año siguiente. El derecho de propiedad se veía más bien en relación con el culto, puesto que los manes, los rituales y el dios doméstico en sí, era lo que representaba pertenencia para cada familia, y no los terrenos, sino los objetos y animales.

Ciertos días de cada mes se tenía una ceremonia religiosa en la que se cargaban los sacrificios, se cantaban oraciones y fórmulas específicas y se caminaba al rededor de los términos, estableciendo así el límite para las demás familias en esa religión.

La herencia se daba de varón en varón y era tan importante, al mismo tiempo se heredaba el derecho a continuar dirigiendo el culto en el altar sagrado, así como todas las deudas o beneficencias que pudiera tener el padre. Por tanto, se entiende como derecho de sucesión al acto de heredar el puesto de padre y llevar a cabo todas las actividades y deberes que tenía implantados y heredados por el padre. El hijo hereda y no la hija, esto se refería a la importancia que se le daba a los varones y no a las hijas al momento de la herencia, puesto que era el hombre quien debía encargarse del culto religioso y no la mujer.

Si no se tenía hijos, se buscaba al heredero en una posición horizontal y así se encontraba a un heredero, se buscaba al heredero entre los parientes de sangre más cercanos y teniendo que ser obviamente varones.

En la  emancipación y la adopción se referían a que sólo aquel que fuera perteneciente a la familia, tenía el derecho de heredar. Si el individuo había sido emancipado, tenía prioridad aquel que había sido adoptado, o en su defecto, aquel que tuviese la relación más cercana con el padre. Debía ser perteneciente a la misma familia, ya fuese natural o adoptado, de otro modo no podía heredar.

No se conocía el testamento, se testaba sólo conforme lo indicaba la religión, a los varones más cercanos, ya fuese el hijo, el adoptado, el hijo de la hija o el agnado, etc…, el punto está en que los patrimonios pasaban a manos del heredero en cuanto a las leyes que se establecían en la religión.

Sobre la autoridad en la familia,  se habla principalmente de cómo el hombre era el encargado de cumplir con los rituales y ceremonias para los antepasados. En general, la mujer es considerada como alguien de menor importancia que el hombre, y como alguien que no puede ejercer la patria potestad o dirigir los rituales sin estar interviniendo mediante su padre o esposo, y al morir estos, los hijos.

El padre es el único responsable del culto religioso y de ejercer la patria potestad, al morir él, sólo por herencia se podía adquirir el título de pater familias.

En cuanto a la dote de la mujer, ésta la perdía al casarse puesto que el marido se hacía cargo de todas las pertenencias que ella adquiriera y si moría, la dote tampoco se le era remunerada. El marido es el juez de la mujer, él manda sobre ella, su poder no tiene límites incluso sobre la muerte, el jefe de la familia lo era todo.

Para los antiguos era muy importante el papel de la mujer como mater familias, pese a que no tenía autoridad importante, sí lo era su dignidad, y todo aquello que representara el cuidado de los hijos y esposo, el adulterio era considerado como un terrible acto, del cual se avergonzaban las familias y se des purificaba la raza.

Las gens estaban integradas por familias de gentiles que eran agrupaciones de familias que tenían cierto renombre de acuerdo a sus integrantes.

Había la posibilidad de ser adoptado por una gens, ya fuera para poder tener derecho a heredar el puesto de pater familias o como un hijo más, también era importante que los miembros agnados de las gens, fueran ingenuos, es decir, que no hubiera sido esclavo antes de pertenecer a la gens, ni que alguno de sus antepasados lo hubiera sido.

Básicamente, todo aquello que influía y afectaba en las actividades de los gentiles y de las gens como tales al momento de desenvolverse en la sociedad romana, observamos también la importancia que continuaba teniendo la religión y la autoridad del pater familias sobre la esposa y los hijos y sobre el resto de la familia ye integrantes de la gens en general, sea quien fuese, agnado, adoptado o cognado.







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