LA
CIUDAD ANTIGUA
(FUSTEL
DE COULANGES)
Libro Segundo
(La familia, El matrimonio,
Continuidad de la Familia-Introducción al celibato-Divorcio en caso de
esterilidad-Desigualdad entre el hijo y la hija, De la adopción y de la emancipación,
El parentesco-Agnación, Derecho de propiedad, Derecho de Sucesión, La autoridad
en la Familia, Moral antigua de la familia, la “Gens” en Roma y en Grecia)
La religión fue lo que
constituyo la antigua familia, cada casa tenía un altar en el que la familia se
reunía cada mañana y cada noche para invocar las primeras y las últimas
oraciones, se reunían en frente del fuego en cada comida y tenían fuera de la
casa un sepulcro del que estaban enterrados los muertos de la familia, juntos, sin
haberse ido separados por la muerte.
La figura paterna
representaba la autoridad y una especie de institución primordial, así como la
superioridad sobre la mujer y los hijos, y por lo que el afecto y el nacimiento
no era el fundamento de la familia.
El matrimonio fue la primera
institución establecida por la religión doméstica, la unión conyugal era
esencial para los antiguos, cuando una mujer contraía matrimonio con un joven
de otra familia, dejaba la figura paterna de su padre, valga la redundancia
para pasar a ser parte de la otra familia, pertenecía a la familia del esposo,
por lo que rendía culto y sacrificio en el hogar de su marido. Al matrimonio se
le llamaba "ceremonia sacra" lo cual nos dice la importancia que se
le daba en aquellas épocas.
El dios doméstico era quien
presenciaba dicha ceremonia, en Grecia a la ceremonia constaba de tres actos:
el primero se hacía en la casa del padre en presencia del novio y la familia y se
ofrecía un sacrificio después del cual se declaraba con la fórmula sacramental
pegaba su hija al joven. Debían separarse del dios paterno para poder ir a
adorar a otro Dios.
En el segundo acto, los
heraldos o el marido conducía a la joven a su casa, se le cubría la cara con un
velo y se le adornada con una corona y un vestido blanco que representaba el
color para los actos religiosos. Durante el camino se cantaba un himno
religioso llamado himeneo, el cual transmitía su nombre a toda la ceremonia. El
marido debía cargar a la novia simulando un secuestro mientras ella gritaba sin
pisar la casa del novio.
En el tercer acto se rociaba
con agua lustral a la novia y se le hacía tocar el fuego sagrado, después se
recitaba a algunas oraciones y se repartían una comida ligera comenzaba y
acababa con una oración lo constituía una comunión entre los esposos y los
dioses domésticos. Así mismo en Roma el acto religioso que era muy similar al
de Grecia, también se componía de tres actos:
La mujer también participaba en el culto a los muertos
pero llevándole comida fúnebre en a los antepasados del esposo no a los
propios, porque ya pertenecía a aquella familia.
El derecho romano permitía
la disolución del matrimonio por coempio y por usus, pero la disolución del
matrimonio religioso era casi imposible porque se necesitaba de una ceremonia
sagrada que sólo la religión podía desatar. Los esposos que se querían separar
debían tener un ritual similar al del día cuando se unieron pero con la
diferencia de que rechazaban la torta de harina y el lugar de oraciones
pronunciada fórmulas de carácter extraño, horrible, maldiciones y demás
oraciones que demostraban que la mujer renunciaba al culto y a los dioses del
marido, así quedaba disuelta ese lazo religioso y se disolvieron matrimonio.
La extinción de las familias
representada una desgracia, por lo que en Grecia se cuidaba que no se
deshicieron ninguna familia tanto como en Roma se cuidaba que no se descuidar
la el culto doméstico. Todos tenían interés en dejar un hijo antes de morir
porqué así aseguraba la dicha de su inmortalidad. Las leyes de Manú llamaban al
primogénito "El engendrado para cumplir con el deber" era de gran
interés para la vida humana continuar la descendencia para que continuase el
culto, por lo que el celibato de vía considerarse como una desgracia que
impiedad, porque los célibes ponían en peligro la dicha de los manes de su
familia y él mismo quedaría privado de todo culto después de su muerte, lo cual
sería una condenación para él y para sus antepasados. No había una ley que
prohibiera el celibato, sin embargo las creencias religiosas era lo que
obligaba a los jóvenes a casarse y a separarse. El divorcio se permitía en caso
de esterilidad que debía llevarse a cabo la ceremonia correspondiente.
El nacimiento de una hija no
y nada el objeto del matrimonio, porque no podían continuar el culto, a el hijo
era el esperado, el necesario y reclamado por la familia, a cobrar y
antepasados, todo esto porque así asegurada la inmortalidad de sus antepasados.
La adopción se inició por la
obligación de perpetuar el culto doméstico, el que adoptaba a un hijo tenía la
obligación de iniciarle en su culto y introducirlo en su religión doméstica y
hacerlo llegar a sus penates.
Platón dice que el
parentesco es la comunidad de los mismos dioses domésticos, demóstenes quiso
probar que si d en el os personas practicaban él mismo culto y ofrecían la
comida fúnebre en el mismo sepulcro eran parientes. El parentesco no se
transmitía por las mujeres, el hijo le debía acto por su padre. El principio de
parentesco estaba en el culto y no en el parentesco mismo, y se les llamaba
samanodacas a los que tenían como ascendiente común a aquellos a los que sólo
se les ofrecía la libación del agua, y se les llamaba sapindas a los que
recibían tortas como ofrenda.
Los agnados eran los parientes que no eran de sangre, es
decir, que no eran cognados, y heredaban de acuerdo a la posición que tuvieran,
durante un tiempo sólo existía ese tipo de parentesco, pero el de la cognación
resultó mucho más importante cuando se tomó en cuenta.
El derecho de propiedad es
entendido por los tártaros cuando se trata de los ganados y no del terreno,
entre los antiguos germanos la tierra no pertenecía a nadie, cada año y la
tribu señalaba a cada uno de los individuos un lote para cultivar y se le
cambiaba al año siguiente. El derecho de propiedad se veía más bien en relación
con el culto, puesto que los manes, los rituales y el dios doméstico en sí, era
lo que representaba pertenencia para cada familia, y no los terrenos, sino los
objetos y animales.
Ciertos días de cada mes se
tenía una ceremonia religiosa en la que se cargaban los sacrificios, se
cantaban oraciones y fórmulas específicas y se caminaba al rededor de los
términos, estableciendo así el límite para las demás familias en esa religión.
La herencia se daba de varón
en varón y era tan importante, al mismo tiempo se heredaba el derecho a
continuar dirigiendo el culto en el altar sagrado, así como todas las deudas o beneficencias
que pudiera tener el padre. Por tanto, se entiende como derecho de sucesión al
acto de heredar el puesto de padre y llevar a cabo todas las actividades y
deberes que tenía implantados y heredados por el padre. El hijo hereda y no la
hija, esto se refería a la importancia que se le daba a los varones y no a las
hijas al momento de la herencia, puesto que era el hombre quien debía
encargarse del culto religioso y no la mujer.
Si no se tenía hijos, se
buscaba al heredero en una posición horizontal y así se encontraba a un
heredero, se buscaba al heredero entre los parientes de sangre más cercanos y
teniendo que ser obviamente varones.
En la emancipación y la adopción se referían a que
sólo aquel que fuera perteneciente a la familia, tenía el derecho de heredar.
Si el individuo había sido emancipado, tenía prioridad aquel que había sido
adoptado, o en su defecto, aquel que tuviese la relación más cercana con el
padre. Debía ser perteneciente a la misma familia, ya fuese natural o adoptado,
de otro modo no podía heredar.
No se conocía el testamento,
se testaba sólo conforme lo indicaba la religión, a los varones más cercanos,
ya fuese el hijo, el adoptado, el hijo de la hija o el agnado, etc…, el punto
está en que los patrimonios pasaban a manos del heredero en cuanto a las leyes
que se establecían en la religión.
Sobre la autoridad en la
familia, se habla principalmente de cómo
el hombre era el encargado de cumplir con los rituales y ceremonias para los
antepasados. En general, la mujer es considerada como alguien de menor importancia
que el hombre, y como alguien que no puede ejercer la patria potestad o dirigir
los rituales sin estar interviniendo mediante su padre o esposo, y al morir
estos, los hijos.
El padre es el único
responsable del culto religioso y de ejercer la patria potestad, al morir él,
sólo por herencia se podía adquirir el título de pater familias.
En cuanto a la dote de la
mujer, ésta la perdía al casarse puesto que el marido se hacía cargo de todas
las pertenencias que ella adquiriera y si moría, la dote tampoco se le era remunerada.
El marido es el juez de la mujer, él manda sobre ella, su poder no tiene
límites incluso sobre la muerte, el jefe de la familia lo era todo.
Para los antiguos era muy
importante el papel de la mujer como mater familias, pese a que no tenía
autoridad importante, sí lo era su dignidad, y todo aquello que representara el
cuidado de los hijos y esposo, el adulterio era considerado como un terrible acto,
del cual se avergonzaban las familias y se des purificaba la raza.
Las gens estaban integradas
por familias de gentiles que eran agrupaciones de familias que tenían cierto
renombre de acuerdo a sus integrantes.
Había la posibilidad de ser
adoptado por una gens, ya fuera para poder tener derecho a heredar el puesto de
pater familias o como un hijo más, también era importante que los miembros
agnados de las gens, fueran ingenuos, es decir, que no hubiera sido esclavo
antes de pertenecer a la gens, ni que alguno de sus antepasados lo hubiera
sido.
Básicamente, todo aquello
que influía y afectaba en las actividades de los gentiles y de las gens como
tales al momento de desenvolverse en la sociedad romana, observamos también la
importancia que continuaba teniendo la religión y la autoridad del pater
familias sobre la esposa y los hijos y sobre el resto de la familia ye
integrantes de la gens en general, sea quien fuese, agnado, adoptado o cognado.
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